Entrevista Gregorio Marchán – Experto en Formación para el Empleo

-¿Que grandes retos tiene la formación continua en España en 2016?

Es preciso el desarrollo reglamentario de la Ley 30/2015 y que se haga pensando tanto en la necesaria mejora de las competencias profesionales en las empresas como en las dificultades que en la actualidad padecen las entidades de formación para poder desarrollar sus funciones con seguridad y profesionalidad. Para ello es urgente que la formación, ya sea la programada por las empresas como las convocatorias de las Administraciones públicas supere su actual rigidez en plazos y contenidos y que a las entidades de formación no se les mire como a los enemigos del sistema, considerándoles a todas sospechosas, además no se puede mantener las formas de pago tal y como están aprobadas y la consideración de la formación como subvención pública.

Por otra parte, se acumulan déficits que de una vez hay que abordar: falta de anticipación y adaptación a las necesidades formativas de las empresas; acreditación de la formación que se imparte prestando mayor atención al reconocimiento de la experiencia; evaluación del aprendizaje; dirección única del subsistema de formación para el empleo; transparencia, etc.

-¿La Ley 30/2015 solucionará los problemas que plantea el sector de la formación?

Si entendemos como sector de la formación a las empresas de formación, esta Ley aplica «palo y zanahoria», ya que si bien establece la concurrencia competitiva como eje principal en las distintas convocatorias, por otra parte o se establecen formulas distintas a la consideración de la formación como subvención pública en la que el beneficiario es el solicitante o es simplemente imposible poder gestionar formación con una mínima seguridad y sin importantes pérdidas económicas. A ello se suma la fórmula de pago aprobada que obligará a muchos centros o bien a no presentarse o a asumir riesgos económicos con consecuencias muy graves. No creo que esta Ley, a pesar de su declaración de intenciones, vaya a solucionar los problemas del sector pero tampoco los déficits que la formación profesional lleva acumulando durante años.

-¿Que mejoras propones para la formación programada?

Es preciso modificar el concepto de formación relacionada con la actividad de la empresa para evitar que al final quien determina si la formación se ajusta a las necesidades de empresas y trabajadores es un tercero ( Fundación Tripartita), de manera subjetiva y  ajeno a la realidad diaria de las empresas. Para evitar esas interpretaciones debería aprobarse una relación de acciones formativas que se consideren necesarias para cualquier empresa (administración y gestión, tics, idiomas, logística y transporte, etc.)  Se debería igualmente suprimir la cofinanciación en las empresas más pequeñas, volviendo como mínimo a la anterior situación, no se puede por un lado decir que se quiere incentivar la participación de las micro pymes y por otro endurecer las condiciones de acceso.

-¿Qué papel deben jugar las entidades organizadoras (externas) en los próximo años?

Las entidades organizadoras, como el resto de empresas de formación, deben profesionalizarse al máximo. Su función no debe quedarse en gestionar la formación de una empresa sino en determinar las necesidades formativas de la misma. Conseguir ser un aliado estratégico de las empresas. Es necesario  se preocupen por mejorar la valoración que de algunas de ellas tiene la Administración y, en ocasiones, las propias empresas.

-¿Cómo se debería plantear las convocatorias de formación de oferta?

Las convocatorias estatales deberían primar la calidad de la formación más que el tipo de entidad ( nº de centros, volumen de negocio, profesores indefinidos, etc.). Preocuparse por la flexibilidad más que por criterios estadísticos, es decir, que a los alumnos les sea fácil participar, que la duración de las acciones formativas sea atractiva para trabajadores ocupados, más que número de alumnos a formar, participantes de un mayor número de Comunidades Autónomas, etc. Los incumplimientos sobre los compromisos adquiridos en solicitud deben no solo tenerse en cuenta en justificación económica sino en valoraciones técnicas en próximos años.

En las convocatorias autonómicas se debe tender a asegurar unos criterios homogéneos que siguen brillando por su ausencia. En todos los casos hay que garantizar su publicación con plazos suficientes y superando el marco de la convocatoria anual.

-¿Como se debe plantear el Elearning para que tenga éxito?

Primero, se debe generalizar en todas las convocatorias ya sean estatales o autonómicas. Se debe asegurar la concurrencia competitiva de todas las entidades inscritas o acreditadas, independientemente de su ubicación geográfica. La necesaria flexibilidad no puede conllevar falta de calidad. Es vital el papel del formador, más aún que en la formación presencial. Hay que motivar y mantener activo al alumno.